Prostatectom A Radical Qu Es Cu Ndo Se Necesita C Mo Se Hace

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Puede haber varias razones por las que sea necesario realizar una operación quirúrgica para extirpar una parte, o la totalidad, de la próstata de un hombre: la operación se llama prostatectomía radical, y su función es extirpar la glándula prostática (la próstata) cuya función es crear un componente importante del líquido seminal. En este artículo vamos a ver más de cerca qué es la prostatectomía, cómo se lleva a cabo, qué máquinas robóticas se utilizan durante la operación y, por último, cuál es la práctica de la rehabilitación eréctil después de la operación.
¿Qué es la prostatectomía? La prostatectomía es una operación quirúrgica para extirpar una parte o la totalidad de la próstata masculina (prostatectomía radical) y, si es necesario, los tejidos adyacentes. La próstata es una glándula que segrega el líquido prostático que, junto con otros fluidos producidos por las distintas vesículas seminales, junto con los espermatozoides forman la composición total del líquido seminal, también llamado semen.
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Cómo se realiza la prostatectomía La operación de prostatectomía se realiza mediante cirugía tradicional o mediante un procedimiento laparoscópico. En el modo tradicional, se realiza una incisión en la piel cerca de la parte inferior del abdomen (enfoque retropúbico) o en la zona perineal (enfoque perineal). Después de hacer la incisión, el cirujano tendrá que cortar y extraer la próstata, y luego reconectar el resto de la uretra directamente a la vejiga.
En cambio, en la cirugía laparoscópica, el cirujano realiza incisiones muy pequeñas, de aproximadamente un centímetro, en la parte inferior del abdomen y luego utiliza el instrumental laparoscópico habitual para cortar la próstata. El procedimiento final es siempre el mismo que en la cirugía tradicional, es decir, una vez extraída la próstata, hay que reconectar la uretra a la vejiga y cerrar la operación con puntos de sutura.
Cuando la prostatectomía es necesaria La prostatectomía, radical o no, es una intervención quirúrgica que es necesaria cuando hay tumores de próstata, presumiblemente en una fase temprana, ya que la masa es todavía pequeña y no hay daños en los órganos circundantes (fuera de los ganglios linfáticos). Sin embargo, si el tumor se encuentra en un estadio avanzado, no se plantea la cirugía porque se consideraría de poca utilidad: sólo sería necesaria si la masa obstruyera las vías urinarias, dañando la uretra.
El diagnóstico del cáncer de próstata debe realizarlo un médico especialista: muy a menudo, los principales síntomas de este tumor son, además de la dificultad para orinar, el dolor, la presencia de sangre en la orina o el semen, una disfunción eréctil recurrente, acompañada de fatiga, malestar y molestias en la zona pélvica.
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Prostatectomía robótica: la extirpación de la próstata con el robot Además de las intervenciones anteriormente ilustradas, es decir, la tradicional y la laparoscópica, existe otro enfoque para la extirpación radical de la próstata, a saber, la realizada mediante laparoscopia robótica. En este procedimiento, un robot guiado por el cirujano realiza la operación directamente en el paciente. Este tipo de operación puede garantizar una precisión absoluta de la intervención, reduciendo la invasión al mínimo. La prostatectomía radical realizada por laparoscopia robótica se lleva a cabo principalmente en pacientes jóvenes con tumores de próstata pequeños.
La prostatectomía robótica es la evolución de la operación tradicional de extirpación de la próstata que ha facilitado el trabajo del cirujano, ha mejorado la precisión, la eficacia y la garantía de los resultados, además de ser menos invasiva para el paciente. Por lo tanto, la tecnología de la medicina ha avanzado enormemente también en este sentido, pero no olvidemos que sigue siendo un procedimiento quirúrgico.
La prostatectomía es el acto final de extirpación de la próstata. Sin embargo, siempre es bueno evitar ir a los extremos y «jugar» con la prevención. En primer lugar, no hay que descuidar los síntomas de la prostatitis, hay que acudir al médico y hacerse pruebas, pero sobre todo hay que mantener un estilo de vida saludable con una dieta regular y actividad física. Una ayuda válida también puede dar algunos suplementos naturales, absolutamente seguros y eficaces, que pueden eliminar los problemas de la próstata.
Rehabilitación de la disfunción eréctil después de la cirugía Una de las principales consecuencias de la operación es la disfunción eréctil. La rehabilitación tras la prostatectomía implica, inmediatamente después de la operación, una estancia de hasta 4 días para poder controlar al paciente en la fase postoperatoria. Posteriormente, generalmente tres semanas, el paciente deberá utilizar la sonda vesical para expulsar la orina: es por ello que será necesario que un miembro del personal médico le instruya adecuadamente para poder realizar esta operación con total autonomía.
Durante la fase de rehabilitación, es posible que el cirujano tenga que prescribir al paciente varias sesiones de radioterapia, con el fin de eliminar aún más los restos de células tumorales que no se hayan podido eliminar por su difícil localización durante la operación. Tras la intervención quirúrgica y la extirpación del tumor, todos los pacientes deben someterse a controles regulares y periódicos cuya finalidad es preventiva, con el fin de detectar lo antes posible cualquier recidiva: entre estos controles se encuentran los exámenes objetivos, el tacto rectal, la medición del PSA y la biopsia de tejido.
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Efectos después del procedimiento Los resultados que pueden obtenerse tras una prostatectomía radical pueden verse influidos por varios factores, independientemente de la operación en sí. Por ejemplo, la edad del paciente, su estado de salud general antes de la operación y, por último, la gravedad del propio tumor influirán mucho. Cuando hay tumores pequeños, en la gran mayoría de los casos el resultado es positivo. En aproximadamente la mitad de los hombres que se han sometido a esta operación, puede haber algunos problemas temporales de erección que deberían resolverse por sí solos en unos meses; en algunos casos pueden ser incluso definitivos o parciales. Por otro lado, en cuanto al problema de la incontinencia urinaria, lamentablemente más de la mitad de los pacientes operados se quejan de este problema, aunque puede mejorar considerablemente con el paso del tiempo. La curación general, específicamente en lo que se refiere a la incontinencia, debería producirse incluso más de un año después de la propia operación.
En conclusión, la prostatectomía radical es una operación necesaria cuando existen problemas importantes, como los tumores, que afectan a la próstata: los resultados obtenidos pueden ser extraordinarios, aunque no estén exentos de algunos problemas postoperatorios que, generalmente, se resuelven con el tiempo.
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